Macroestructura del diccionario

Entendemos por macroestructura de un diccionario la nomenclatura que contiene, la distribución de dicha nomenclatura y su representación.

En esta etapa, el lexicógrafo toma varias decisiones sobre la unidad lexicográfica de la nomenclatura, sobre la representación de la flexión, sobre el tratamiento de las formas irregulares en la macroestructura, sobre la ordenación de las entradas y también sobre los homógrafos.

Entradas y subentradas

La primera decisión que debe tomar el lexicógrafo cuando se dispone a elaborar un diccionario general de una lengua (DGL) hace referencia a las unidades léxicas que formarán la nomenclatura de dicho diccionario, es decir, las unidades lexicográficas (UL). Estas unidades lexicográficas pueden ser partes de la unidad gráfica (segmentos), pueden ser unidades gráficas (palabras) o pueden contener varias palabras (sintagmas). Según el tipo de unidad lexicográfica escogida, se tendrán que ir especificando los distintos subtipos.

En primer lugar, el lexicógrafo selecciona el tipo de unidad lexicográfica que contendrá el diccionario. Los diccionarios generales de lengua suelen contener, como mínimo, palabras simples, palabras compuestas y palabras derivadas en las que la derivación no es predecible según las reglas de formación de palabras.

A continuación, el usuario de la ETL debe especificar qué subtipos de cada uno de los tipos seleccionados aparecerán en el diccionario. Por ejemplo, si ha decidido que en su diccionario se incluyan segmentos, debe especificar de qué tipo de segmentos se trata. El cuadro siguiente ilustra las opciones posibles en la interrogación:

Segmentos

  • Afijos: prefijos, sufijos.
  • Formantes cultos: formas prefijadas, formas sufijadas.
  • Reducciones: abreviaturas, acrónimos, siglas.

Palabras

  • Simples
  • Compuestas: patrimoniales, cultas.
  • Derivadas.

Sintagmas

  • Sintagmas lexicalizados
  • Fraseología: locuciones (adjectivas, adverbiales, conjuntivas, preposicionales, verbales), frases hechas y refranes.

En este punto, el lexicógrafo ya sabe la tipología de las UL, es decir, ya sabe qué abarcará la nomenclatura del diccionario. No sabe aún si formarán parte de la macroestructura o de la microestructura, en otras palabras, si serán entradas o subentradas del diccionario, y es ésta la decisión que debe tomar en esta etapa.

Para facilitar la tarea y hacerla más ágil, en el proceso de interrogación se pregunta el tipo de unidad que el lexicógrafo quiere escoger como unidad lexicográfica y, a continuación, si quiere que sea entrada o subentrada.  

 

Representación de la flexión: diccionario de formas o de lemas

En primer lugar, el lexicógrafo tiene que decidir si hará un diccionario de formas o bien un diccionario de lemas.

Todas estas decisiones que se toman en la macroestructura influirán directamente en la microestructura, durante cuya definición se tendrá que establecer la representación de los paradigmas de flexión y de las irregularidades.

 

En segundo lugar, y dentro de esta misma fase, el lexicógrafo también establece cómo será la entrada del diccionario.

 

Ordenación de las entradas

Para ordenar las entradas, el autor del diccionario hace varias selecciones.

 

Tratamiento de los homógrafos

Una forma gráfica tiene muchas veces varios significados. Ante esta realidad lingüística, el lexicógrafo tiene que decidir cómo representa estos fenómenos.

Una mirada a cualquier diccionario general de lengua nos muestra que en la representación de la nomenclatura aparecen formas gráficas repetidas (homógrafos) y que los artículos presentan varias acepciones (entradas polisémicas). Este hecho plantea un nuevo reto al lexicógrafo. ¿Habrá homografía en el diccionario que está elaborando? Si piensa que sí, también se tiene que plantear qué criterios marcarán la incorporación o no de homógrafos. Al igual que en las decisiones anteriores, el usuario tendrá que tomar varias decisiones.