Mal cristiano eres, Sancho, dijo oyendo esto Don Quijote, porque nunca olvidas la injuria que una vez te han hecho; pues sábete que es de pechos nobles y generosos no hacer caso de niñerías. ¿Qué pie sacaste cojo? ¿Qué costilla quebrada? ¿Qué cabeza rota, para que no se te olvide aquella burla?... Que bien apurada la cosa, burla fue y pasatiempo, que a no entenderlo yo así, ya yo hubiera vuelto allá y hubiera hecho en tu venganza más daño que el que hicieron los griegos por la robada Elena: la cual, si fuera en este tiempo, o mi Dulcinea fuera en aquel, pudiera estar segura que no tuviera tanta fama de hermosa como tiene. Y aquí dio un suspiro y le puso en las nubes, y dijo Sancho: Pase por burlas, pues la venganza no puede pasar en veras; pero yo sé de que calidad fueron las veras y las burlas, y sé también que no se me caerán de la memoria, como nunca se me quitarán de las espaldas.


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